viernes, 2 de febrero de 2018

EPÍLOGO. Siguiendo el rastro a la vieja siderurgia

A través de una docena de entradas hemos tratado de explicar las modificaciones habidas en el espacio urbano de un barrio de Santander, que tomó el nombre de una siderurgia.


Un cambio tecnológico en un proceso productivo –el paso de una siderurgia integral a una moderna acería- libera cantidad de espacios que sirven para modificar el paisaje. Si anteriormente nos encontrábamos con un complejo industrial compuesto por varias empresas con sus espacios sociales rodeándola, actualmente nos encontramos construcciones residenciales construidas en altura y dotaciones de todo tipo de infraestructuras, incluidas las económicas concentradas en los sectores secundario y terciario.


Diagrama de flujo del proceso de la Global Steel Wire

Los responsables de la vieja siderurgia aprovecharon la coyuntura para capitalizarse, liberando espacios anteriormente ocupados. No es casual que hayan derribados los cuatro barrios que disponía para sus trabajadores – San Juan, El Carmen, el Bartolomé Darnís y el de la Estación,  así como las dotaciones sociales asociadas.  Con los derribos desaparecieron los ejemplos de arquitectura social de mitad de siglo pasado. De la época queda el barrio de Santiago El Mayor, que al ser del Episcopado, no pudieron derribarlo.


En su lugar se han construido 1772 viviendas e incorporado al barrio tres mil nuevos vecinos con dotaciones públicas, como centro de salud, colegio público, centro cívico, biblioteca pública, iglesia, campo de fútbol, piscina, carril bici y conexión de autobuses con el centro de la ciudad. Todo este proceso se ha desarrollado en los últimos 20 años, coincidiendo con el proceso de la burbuja inmobiliaria de nuestro país. 

Imagen de un gran almacén  del barrio

Símbolos tan icónicos en una siderurgia como son las chimeneas cilíndricas, construidas con ladrillo macizo, no ha quedado alguna de las siete que llegó a tener.


Una transformación tan grande de una zona, como la ocurrida en este barrio, no tiene antecedentes en Cantabria y éste proceso merece la pena estudiarlo  y darlo a conocer.


En consecuencia se debería iniciar un proceso desde la Asociación de vecinos del barrio, para elaborar un calendario de charlas, incluidas visitas guiadas por el barrio, a fin  de  convencer al  ayuntamiento para que edite un desplegable que explique el proceso y elabore algunas rutas de visita, para hacerlas andando, en bici .. o por otros medios. Los vecinos mayoritariamente han venido de fuera y desconocen cómo era el barrio anteriormente.


Estación de FEVE de Nueva Montaña

Simultáneamente y desde el colegio público, los profesores apoyados con la ayuda externa que necesiten,  deberían  elaborar una unidad didáctica que darían a conocer a sus alumnos mediante visitas parciales al barrio que los acoge.


Todo ello debería desembocar en un nuevo itinerario turístico que el Ayuntamiento de Santander debería  elaborar y colgar en su página web https://santanderspain.info/11-itinerarios-por-la-ciudad/


Esperemos que entre todos conozcamos y demos a conocer el proceso de cambio tan profundo, realizado en tan pocos años.